Servir más allá del protocolo
Desde el pasado mes de abril, hemos compartido con clientes y colaboradores charlas acerca de El Autocuidado, La Auditoría Interna, El Protocolo Bioseguridad, Lo Comercial y El Servicio. Agradecemos a las personas que nos han acompañado, porque sus aportes nos enriquecen y permiten abordar perspectivas diferentes.
En nuestra última charla, conversamos sobre el servicio. Citamos libros como Gerencia del servicio de Ron Zemke y Hablemos Claro Sobre el servicio de Iván Mazo Mejía. Esto con el fin de llevar mensajes de interés sobre la aplicación de servicio hacia lo personal, profesional y lo organizacional.
Servir va más allá de prestar un servicio o de satisfacer una necesidad del cliente. El servicio nace del sentido de contribución que la persona tiene al momento de realizar una acción. Más allá del deber o el límite de un beneficio que se puede otorgar a otro, cuando encontramos que el servicio es un acto que nace del corazón, el otro lo recibe con beneplácito y ese bienestar se multiplica y proyecta a más personas.
Generalmente, quien se acerca a nosotros, requiere algo. Por pequeño que sea, todos tenemos la posibilidad de servir, a quien nos lo solicite, no depende de un cargo en particular, tampoco de un momento específico, ni de un protocolo previamente establecido. El servicio comienza cuando nos servimos a nosotros mismos, al atender nuestros propios requerimientos, cuidando conscientemente nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestra salud. Así nos preparamos para servir a otros.
Sea que vivamos esta condición de cuarentena o no, nuestro principal núcleo de servicio es la familia. Independiente de nuestro rol en ella, vivir bajo el mismo techo nos invita a la práctica de un servicio permanente. Constantemente cada miembro de la familia manifiesta una necesidad y puede contar con el amor de los demás para satisfacerla. Un buen servicio nace del alma.
Para las organizaciones, la norma ISO 9001-2015, hace especial énfasis en el servicio. Y aunque se establecen protocolos y herramientas para medir la calidad del servicio, como los buzones y las encuestas, la mejor manera de saber si nuestro servicio llega a los demás, es ver al cliente regresar, porque en nuestra empresa le servimos con el alma. Porque, aunque haya tropiezos, quien recibe nuestros servicios se da cuenta de que estamos allí para resolver inconvenientes y brindarle lo mejor de nosotros.
Les invitamos a definir procesos orientados hacia el servicio, donde más allá de los guiones protocolos, trabajemos desde la humanización y la sensibilización para que todos seamos los mejores servidores.