Las 12 palancas del éxito, Stephen Covey (Cuatro primeras palancas)
Continuando con Stephen Covey y su libro las 12 palancas del éxito, recordemos que todo su legado se basa en principios. Los principios no son como las leyes, que pueden cambiar de acuerdo a las circunstancias. Tampoco como los valores que pueden cambiar de acuerdo a la cultura. Los principios, son inamovibles en tu ser y se hacen presentes en cada situación que vivas. Una persona grande, es aquella que jamás transgrede o viola sus principios.
La primera palanca de la que Covey habla en este libro es Integridad. Una persona íntegra es aquella que actúa de acuerdo a lo que dice. Nunca pierde su coherencia, aunque puede llegar a equivocarse, una persona íntegra siempre tendrá éxito aunque se equivoque, aunque la adversidad lo toque.
La segunda palanca es Contribución. Dar algo a los demás, comprender que cada uno de nosotros es mejor gracias al otro, por lo tanto reconocer que el otro también será mejor gracias a nosotros. Contribución e Integridad van muy unidos, ya que cuando sólo nos preocupamos por mostrar una fachada de éxito, se pretende recibir mucho sin dar mucho. La grandeza primordial se basa en dar mucho y, muy seguramente, recibiremos mucho.
La tercera palanca es Prioridad, ante todo lo que hacemos en nuestro día a día, establecer cuáles son las cosas que nos distraen de nuestros objetivos y hacer primero lo primero, estableciendo un orden de acuerdo a lo que deseamos lograr aunado a todo aquello que tiene relevancia en nuestra vida y que, muchas veces, dejamos de lado.
La cuarta palanca es Sacrificio Personal, actualmente muchos discursos conducen a que hagamos poco y ganemos mucho. Lo cierto es que nada bueno y duradero se da en nuestra vida si no existe un sacrificio personal. Trabajar en nuestra conciencia y dedicar más tiempo a las cosas importantes y no, necesariamente a las más urgentes es lo que nos conducirá al verdadero éxito en nuestra vida.
Estas cuatro palancas nos hacen un llamado a revisar lo que somos y lo que estamos dispuestos a dar de nosotros mismos. A que cada persona comprenda que lo que hace es coherente con lo que demuestra. Si nos afianzamos en nuestros principios y vivimos en coherencia, el resultado será la construcción del carácter y una autoconfianza a prueba de todo para transformar nuestro universo laboral en algo auténtico e indestructible.