Todo comienza con un fin

Tener un fin, un propósito, una intención, un objetivo o una meta, es el punto de partida para obtener un logro. Es lo que nos brinda la claridad en lo que deseamos alcanzar.

El segundo de los hábitos que Covey menciona en su libro «Los siete hábitos de la gente altamente efectiva» es «Comenzar con un fin en mente». Como mencionamos en el artículo anterior, el primer hábito es «Ser Proactivos», ser conscientes de que podemos decidir muchas cuestiones en nuestra vida y que después cada decisión crea o genera algo través de la acción.

Formular la idea o intención de qué queremos hacer, a dónde queremos llegar en cualquier contexto o plano en el que nos encontremos, se conecta con la misión o propósito, la esencia de nuestra vida y de la organización a la que pertenecemos. Esto nos permite crear una visión o descripción de la situación futura en la que deseamos estar. Tener una visión clara, nos permite enfocarnos y tomar las mejores decisiones en pro de lo que deseamos lograr. Significa saber adónde se está yendo, de modo que se pueda comprender mejor dónde se está y dar siempre los pasos adecuados en la dirección correcta.

El hábito de “empezar con un fin en mente” se basa en el principio de que todas las cosas se crean dos veces. Siempre hay primero una creación mental y luego una creación física. En la medida en que comprendamos el principio de las dos creaciones y aceptamos la responsabilidad de ambas podremos actuar con más certeza y avanzar hacia el éxito de manera clara y contundente.

Vale la pena preguntar: ¿Tienes una formulación de tu misión en el trabajo? ¿Tu equipo tiene una formulación clara y compartida de su contribución en las metas organizacionales? Para responder estas preguntas cuentas con nosotros en Visión y Enfoque.