El valor de la comunicación y el autocuidado

Stefan Vanistendael, en su libro Resiliencia y Humor, define la resiliencia como; “La capacidad de crecer al enfrentarnos a circunstancias muy difíciles”.
Vivimos una época muy poco usual que, quizás, no se repetirá en nuestras vidas, una de las consecuencias que nos ha traído, es que pasamos más tiempo en casa con nuestra familia. Aun cuando los adultos dedicamos tiempo al trabajo en casa y al teletrabajo, lo que nuestros niños recordarán en el futuro, no será el dolor de la pandemia, sino el tiempo que su familia estuvon más cerca de ellos.
Esta semana se celebran tres fechas importantes, el 22, celebramos el día de la tierra, el 23 el día del idioma, y el 25 el día del niño. Particularmente, este año, todas estas fechas guardan una estrecha relación: La tierra ha tenido un gran respiro, la convivencia, el trabajo desde casa y el teletrabajo nos incitan a usar muy bien nuestro idioma y tenemos a nuestros niños más cerca que nunca.
La Familia es fuente de fortaleza y sabiduría. Este nuevo contacto con nuestra familia, donde la comunicación se vigoriza y podemos verlos de manera distinta, nos lleva a reflexionar sobre lo que significa cuidarnos para cuidar de ellos, especialmente de los niños, a quienes debemos transmitirles el mejor mensaje en la situación actual cuidando, también, su salud mental.
El pasado 15 de abril, en un conversatorio con la Psicóloga Luz Ángela Vásquez, hablamos de cómo nos tocaba a cada uno esta situación y de lo que significa el autocuidado. Agradecemos a ella y a quienes nos acompañaron en esta iniciativa.
El autocuidado, encierra el cuerpo, la mente y el espíritu. Ahora que tenemos la compañía permanente de nuestros seres queridos, bien porque vivamos bajo el mismo techo o porque, más que nunca estamos pendientes unos de otros, es importante crear ambientes donde priman el afecto y la comunicación.
Construir espacios sanos, en los que podamos manifestar lo que sentimos, lo que todo esto significa para cada uno. Llegar a nuevos acuerdos, despertar la curiosidad, preguntar y estar atentos a las respuestas que recibimos. Todo esto fortalece la comunicación y los vínculos con nuestros seres amados y es el principal ingrediente para que nuestra sanidad se manifieste.
También son parte del autocuidado: comprender que debemos dar un nuevo significado a lo cotidiano, saber manejar las emociones como la ira, la tristeza, el miedo y la ansiedad. Entender la vulnerabilidad del otro y la nuestra. Así mismo, estar atentos a los descubrimientos que hacemos de los nuestros y de nosotros mismos. Los nuevos sentimientos y emociones positivas que se despiertan, el redescubrir habilidades olvidadas o darnos cuenta de aquellas que se escondían en la avasalladora rutina en la que vivíamos.
Descubrir la bondad y la solidaridad. Darnos cuenta de que lo que hoy tiene valor siempre estuvo allí, oculto en el correr de cada día. Lo que hoy estamos viviendo nos invita a estar conscientes de lo que sucede en nosotros y a nuestro alrededor, por esto, el llamado es a hacernos conscientes de lo que no podemos controlar y dejarlo ir para liberarnos de cargas innecesarias y enfocarnos en lo que podemos controlar para obtener los resultados deseados, en un hacer consciente y beneficioso, tanto para nuestras familias como para nuestra organización.
Así mismo, pensando en la continuidad y perdurabilidad del Negocio, este llamado nos hace ver lo fundamental que es la comunicación para lograr la armonía y la buena convivencia empresarial (sea cual sea nuestra forma de operar hoy).